¿Eres una de esas personas que es incapaz de rechazar una propuesta que alguien te hace? O que cuando te piden un favor, puedas o no puedas, quieras o no quieras terminas dejando de lado tus prioridades y gastas tu tiempo y tu energía en ayudar a los demás? tenemos que aprender a decir que no.
Te tengo buenas noticias. La historia es sencilla: cada vez que dices sí a algo que realidad no te apetecía hacer, pierdes la oportunidad de hacer algo que sí que te apetecía hacer. Porque recuerda que el tiempo, el dinero y mil cosas más, no son infinitas.
A continuación, te voy a mostrar unos puntos importantes con los que puedes empezar a practicar el temido no:
- Antes de nada, tienes que conocerte a ti mismo: es decir, saber qué quieres hacer y qué no. Esto es más que fundamental para poder tomar decisiones.
- Ten en cuenta que cuando alguien te pide ayuda es porque confía en ti (bueno, salvo casos extremos donde te lo pida porque no le quede de otra, verdad?). Por eso, lo primero que tenemos que ser es agradecidos y mostrarle ese agradecimiento por la confianza. Pero ojo, esto no significa que vayamos a decir que sí.
- ¡Muy importante! Recuerda explicar que dices no a la invitación o propuesta, no a la persona. Es decir, una buena forma de llevar a cabo este paso es alabando o destacando las cualidades o trabajo de la persona que te está pidiendo ayuda, diciéndole que admiras x o z y explicarle la razón por la que no puedes ayudarle. Dilo de una forma amable y de esta forma lograrás que esta persona no se sienta rechazada.
- Insisto en explicar las razones de por qué no vas a ayudarle. Cansancio, exceso de trabajo, enfermedad, o cualquier otro motivo valido que tendrás, pero sé honesto, ya que al fin y al cabo, esta persona te estaba depositando su confianza.
- Si desde el punto 1 estás convencido o convencida de que no vas a ayudarle, y tras dar las razones, esta persona sigue erre que erre, yo te recomiendo lo siguiente: manténte en el no con determinación y aunque te ponga carita de perrito abandonado, o te lloriquee, no te dejes intimidar.
- Este es otro punto necesario para manejar con éxito este proceso: practicar el “no”. Puedes comenzar por situaciones tan sencillas como decirle que no al postre de azúcar que te ofrecen probar en el supermercado y que sabes que es horrible para tu salud, o decir que no a ir a un cumpleaños de una conocida que llevas 10 años sin ver y que sabes que en este caso el riesgo de perder su amistad es mínimo.
- Aprende lo que se llama el “no preventivo”: esas ocasiones donde ya sabes que te van a pedir algo que no quieres hacer, o con lo que estás en total desacuerdo. Durante l conversación, da a entender que estás trabajando en mil cosas o que tienes otro acontecimiento que te va a mantener ocupado. Ahí ya estás dejando caer el no de forma muy discreta y sutil.
- Muy importante! Ten en cuenta que cuando decides enfocarte en tus prioridades, estás también aceptando perder nuevas oportunidades. Esto se conoce como el costo de oportunidad y está muy bien cuando tienes al 100% claras tus prioridades. Es decir: cuando dices que no a algo que te piden, estás reafirmando tu compromiso con lo que sí quieres hacer. Pero ojo, si por un casual no te queda claro lo que quieres hacer, te sugiero que te hagas esta pregunta: ¿dónde quiero estar en 5 años? Basándote en eso, ve qué decisiones te llevan hasta ese punto y cuáles no!.
- Un detalle más: una de las cosas más importantes a nivel personal: si al igual que a mi, lo que te ocurre al decir “no” es que te sientes mal por haber negado tu ayuda… Cambia de pensamiento: elimina la sensación de culpa, ya que no es un deber vivir ayudando a los demás. Recuerda: no estás siendo un mal amigo, solo eres una persona que tiene claras sus razones. Es también posible que te digan u oigas que eres mala persona o que no te comprometes con otros porque ese día no ayudaste a x persona. Error. Recapacita y recuerda que ese es el costo que debes pagar para recuperar tu propia tranquilidad.
Espero haberos ayudado un poquito más a soltaros y decir abiertamente “no” cuando realmente queréis decir no pero se os hace cuesta arriba.
Practica el no, y disfruta tus síes.